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domingo, 18 de marzo de 2012

El escritor (The ghost writer)”: El mejor Polanski en mucho tiempo

Polanski presenta su mejor película en años, un thriller divertidísimo, rebosante de mala baba y que incide desde un prisma diferente en el espinoso tema de Iraq y sus oscuras convergencias políticas y manipuladoras. Adam Lang (Pierce Brosnan), ex Primer Ministro británico, contrata a un escritor (Ewan McGregor) para que le ayude con sus memorias. Un encargo económicamente más que suculento para el segundo, pero que se complicará sobremanera cuando empiece a desvelar secretos que deberían permanecer ocultos. Roman Polanski regresa con “El escritor (The ghost writer)”, adaptación de la novela de Robert Harris que nos devuelve al mejor cineasta desde hace mucho, mucho tiempo, extraordinariamente cómodo a la hora de manejar un thriller político ácido y punzante con pasmosa, epatante eficacia camuflada desde un envoltorio de tramposa convencionalidad.

A partir de una suposición tan cínicamente intencionada ─«¿quién lee las memorias de un político?»─ como el mismo tono que mantiene toda la película, el director satura de mala baba una historia que arranca en un terreno lleno de intereses cruzados ─el de las poderosas editoriales que manejan los legados escritos de las grandes figuras internacionales─ para meterse directamente en el más espinoso de los charcos políticos y diplomáticos del siglo XXI: la guerra de Iraq y aledaños.  La manipulación propia del estamento oficial anglosajón para con sus ciudadanos fija una narración fenomenalmente amena en la que Polanski, desde la apariencia de un thriller formulario, juega a su antojo con la percepción del espectador, concienciadamente incapaz de discernir qué posición tomar ante las figuras centrales de la trama, más allá del progresivamente entrampado McGregor.

La cinta exhibe con rigor y contundencia un suspense mayúsculo que en muchos lugares comunes ─tramas conspiratorias, aislamiento de los personajes, entornos opresivos─ encaja con títulos clave de la filmografía del realizador, abiertamente crítico pero solapadamente capaz de seducir al espectador con la libertad de sus interpretaciones; ambientada en unos imposibles Estados Unidos, sostenida por un reparto sencillamente brillante en sus registros y elecciones ─Kim Catrall, Olivia Williams, Timothy Hutton, Tom Wilkinson, un chocante James Belushi o el eterno Eli Wallach─, y mimada por una palpitante banda sonora del ya imprescindible Alexandre Desplat, “El escritor (The ghost writer)” baila con delicadeza una danza de dobles lecturas, de trampas lógicas, de sinsabores vitales ocultos en caracteres férreos. Y abofetea nuestra percepción de la ficción con un velo de alucinación fascinante y sostenido que dibuja en el palco la sonrisa de la más gruesa de las ironías. Polanski sigue en forma.

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