crucial en los crímenes seriales con un tema sexual. No solo existe el sexo sádico; consensual o contundente; expresando el poder de una persona sobre otra, pero en homicidios seriales, el asesinato aumenta el sentido del control del ofensor sobre sus víctimas; los ofensores se involucran en comportamientos que establecen que están incuestionablemente bajo control. Una manera de establecer control es un tema de fantasía de períodos extendidos de degradación y devaluación de la víctima. Con una víctima viva, el ofensor puede usar su libreto (repetir epítetos severos a la víctima, o simplemente decirle que poderoso que el ofensor es, etc..), sexo (forzar a la víctima a realizar actos sexuales anales dolorosos y luego inmediatamente que le practica una felación al agresor), y tortura (mordiendo y arrancando los pezones, realizar cortes pre-mortem). Algunos ofensores no sienten que tienen el control hasta que la víctima está muerta, por lo que la matan relativamente rápido. Una vez que la víctima está muerta y bajo control, proceden a trabajar libremente en el cuerpo por medios tales como mutilación post-mortem (como algunas incisiones curiosas por el cuerpo, o la extirpación de un apéndice), defeminización (lo que incluye daños severos o extirpación de las áreas sexuales femeninas), y posiciones rituales del cuerpo dejando el cuerpo en una posición humillante a propósito, sin ropa, en un lugar donde es seguro que la encontrarán, quizás por seres queridos).
En ambos casos, el comportamiento claramente establece el control del ofensor sobre la víctima. Para el ofensor, la fantasía que se está actuando, que produce miedo y humillación a la víctima, establece el dominio del ofensor sobre el mundo que él crea; el mundo de una víctima en una escena de crimen.
Pongamos en perspectiva otro caso como ejemplo considere el caso de Dayton Leroy Rogers de Portland, Oregon. Para finales de la decada 1980, es sabido que Rogers mató 8 mujeres, todas prostitutas. Se acababa de casar con su primera mujer, cuando luego de un ataque a una chica de 15 años on un cuchillo, fue puesto en un programa de ofensores sexuales. Allí, sus fantasías crecieron y se convirtieron más violentas. Usó narcóticos, bebía pesadamente, se masturbaba crónicamente, y admite haber tenido fantasías de esclavitud sexual violenta teniendo sexo con su segunda mujer.
Declara que esto agrandaba su deseo sexual. Levantaría prostitutas tarde por la noche y las llevaría a un lugar remoto en el bosque Molalla. Una vez allí, las haría dejarlo atarlas, pero la naturaleza de las ataduras sería extremadamente metódica. En algún punto comenzaría actos de masturbación con sus pies.
También las torturaría intermitentemente cortándoles los pies, y mordiendo o cortando los pezones. Esto duraría hasta las primeras horas de la mañana. Según algunas de las víctimas que escaparon, pararía sus ataques regularmente, dejándolas para orinar afuera, ya que consumía alcohol durante toda la ordalía. Rogers también les daría un libreto llamando a una de ellas: "Maureen"; por Maureen Ann Hodges, una prostituta favorita y eventual víctima. Inclusive, teniéndolas atadas, con ataduras ajustadas y dolorosas, las amenazaba con estrangularlas, una y otra vez, si no respondían verbalmente a sus pedidos. Excepto que la víctima pudiera escapar, las mataría y tiraría en el bosque. Los cuerpos descompuestos no serían encontrados por algún tiempo, generalmente por cazadores. Rogers buscaría a sus víctimas, las llevaría a un lugar donde podría ganar control, y las forzaría a actuar el papel de sus fantasías. Gilgun encuentra el tema de control en las fantasías sexuales de los ofensores tan pertinentes, utiliza la clasificación de Controladores; en su tipología de ofensores sexuales de niños. Ella cita a un ofensor diciendo " Me gustaba...el sexo propiamente dicho...luego el controlar, estando en control de su vida completamente era excitante para mi. Pensaba más en eso de lo que pensaba en mi mujer"; Gilgun también encontró un tema recurrente de negociar con controladores, por ejemplo tales declaraciones a las víctimas como "Haz esto (mastúrbame) o no saldrán nunca más!".
El comportamiento le da energía a la fantasía. Parte de la fantasía es el control o dominio del ofensor, por alguno o todos los medios antes mencionados. El comportamiento de ofensores sexuales seriales violentos claramente busca establecer ese control o dominio. Puede ser prescripto, entre muchos otros comportamientos de ofensores, por la ubicación elegida para el asalto, por el libreto que usa con la víctima, y así sucesivamente. El ofensor hace lo que siente que lo mantendrá en control, y por lo tanto aumenta y refuerza sus fantasías. La última manifestación de la fantasía es el comportamiento del ofensor, lo que en respuesta refuerza la fantasía, lo que nuevamente se manifiesta en un comportamiento posterior, lo que nuevamente refuerza la fantasía. Este es un concepto importante para tener en cuenta en el desarrollo del perfil.
A veces existen en criminales violentos sexuales un esquema de Desasociación - para mezclarse exitosamente en la sociedad, muchos ofensores sexuales violentos desarrollan una personalidad superficial que está completamente desasociada de su comportamiento criminal violento. La falta de asociación no es una característica aberrante del humano. Es algo que todos hacemos en alguna medida, como el comportamiento algo superficial que muchos individuos exhiben con sus compañeros de trabajo vs. Su transparencia emocional con sus familiares.
Los ofensores seriales sexuales violentos meramente llevan un comportamiento de auto-protección a un extremo insano. Los ofensores seriales sexuales violentos son criminales exitosos. Son suficientemente inteligentes para evitar la detección y persistir cometiendo los crímenes. Viven en nuestra sociedad con poca o ninguna evidencia de su verdadera naturaleza. Muchos están casados o en una relación. Pero está desasociado con una parte afectiva emocional. La fantasía permite la desasociación. Mientras más intrincada es la fantasía y más objetiva es la víctima, mayor es la distancia creada mentalmente entre el comportamiento criminal violento y la máscara superficial de personalidad. La mutilación de las víctimas y los libretos que deshumanizan también agrandan la distancia. El verdadero comportamiento por elección es suprimido en contextos sociales por la practicada superficialidad del ofensor. Esto puede sonar como indicaciones de episodios de fuga parafílicos o una segunda personalidad, pero este no es el caso.
El comportamiento de los ofensores seriales sexuales deliberadamente evita la detección, indicando que el ofensor sabe perfectamente que su comportamiento no es aceptado en la sociedad. La superficialidad practicada en contextos sociales es deliberada, porque está practicada, y previene los escapes de la verdadera personalidad. Sin esa mascara, provista por la fantasía y el ritual, el ofensor sexual serial violento no podría vivir en la sociedad y evitar se detección por períodos prolongados. Debe haber una desasociación de los crímenes mientras se encuentra en un contexto social.
Veamos un tercer ejemplo analicemos el caso de Jerry Brudos de Salem, Oregon. Brudos comenzó a fantasear con vestirse con ropa de mujer y secuestrar mujeres con intenciones sexuales como adolescente. Escaló hasta secuestrar a una chica de 15 años a punta de cuchillo en los últimos años de su adolescencia. Cuando se casó y estaba formando una familia, procuró a sus víctimas por varios medios pero también utilizó un revolver para intimidarlas. Tenía una gran colección de zapatos de mujer y algunas prendas de ropa interior femenina. Brudos llevaba a sus víctimas al garaje a través de la fuerza o la sumisión. Allí, las forzaría a sacarse la ropa, ponerse alguno de los zapatos y lencería de su colección, y luego las ataría. Jerry se masturbaría mientras las fotografiaba a ellas y a él mismo, a veces utilizando espejos en el techo de su garaje. Estrangulaba a sus víctimas. Las ataba a artefactos pesados para que se hundieran al dejarlas caer en el río Willamette. Se sospecha que cometió al menos 5 otros asesinatos similares incluyendo el de Jan Whitney, una estudiante universitaria a quien se le rompió el auto, Karen Ann Sprinkler de 19 años, que recién comenzaba la universidad en Oregon State University, y a Linda Dawn salee. La policía finalmente buscó en su hogar.
Aunque Jerry sabía que iban a su hogar a revisar su casa y garaje y tenía varios días de anticipación, la policía pudo encontrar evidencia que lo vinculaba directamente a varios de los asesinatos. Entre las posesiones que Jerry eligió no deshacerse estaban; su colección de fotografías de las víctimas cubriendo su desnudez y ataduras en su garaje, su colección de zapatos robados, la ropa de varias víctimas, su colección de lencería robada, un pisapapeles modelado con la forma de los senos de una de las víctimas. También es para notar que se encontraron fotos de su mujer, Ralphene Brudos, desnuda. Todo este material facilitaba el refuerzo de su fantasía y su subsecuente ofensa en ausencia de una víctimas. Su esposa Ralphene testificó que pasaba horas en el garaje, y se enfurecía con ella si alguna vez iba a invadir su privacidad.
Pero hasta este día, Jerry Brudos afirma dentro de la Penitenciaría Estatal de Salem, Oregon, que niega cualquier conocimiento de los crímenes por los que fue convicto. Excepto por su confesión inicial, declarándose inocente por razones de insanidad, una vez que esta declaración fue rechazada, no admitió haber cometido los crímenes. Sin importarle las fotografías, los testigos oculares, las piezas de artefactos encontrados atados a los cuerpos de las víctimas vinculando su posesión, sin importarle una gran cantidad de evidencia física, Jerry se declara inocente. En este caso por ejemplo se nota que su disfraz social está tan practicado, tan pulido y creíble, que se ha convertido en un preso de confianza en la Penalidad Estatal de Oregon. Se le ha permitido trabajar en archivos criminales de computadoras del estado, e instaló el sistema de cables de la penitenciaría (es electricista profesional). También está a cargo de la reparación y re-abastecimiento de las máquinas expendedoras. El staff de la Penitenciaría solo tiene cosas positivas para decir sobre Jerry como recluso, y claramente tienen una gran cantidad de confianza en él. Todo salvo que es un asesino serial convicto. Esto es para no decir que sus condiciones deberían de haber sido más miserables dado la naturaleza de los crímenes cometidos. Sin embargo, claramente no había un clima que rodeara a Jerry Brudos que fuera peligroso de alguna manera segun el Sistema de carceles de los Estados Unidos. Por los términos de su encarcelación, Jerry Brudos sale cada dos años en libertad condicional. Ha estado en la Penitenciaría Estatal de Oregon por 25 años. El uso de un disfraz social practicado le ayuda en su matrimonio y le continua ayudando en la prisión. Es tan creíble que el staff de la prisión le tiene muy poco miedo y le dan confianza. Esto es deliberado, una mascara social protectora, provista por una fuerte vida de fantasía ritual, que es fácilmente desasociada por su complejidad, puede ayudar a liberar a Jerry Brudos.
Hablemos un poco de la Revalidación, cada ofensa, cada experiencia con una víctima, es parte de la fantasía colectiva del ofensor. Ambas son, si solo en parte, vividas antes, durante y luego de las ofensas subsecuentes. El aspecto del comportamiento de la fantasía es acumulativo con ese respecto. La revalidación sirve para dos finalidades muy importantes a los ofensores que los investigadores no deben olvidar:
1) Realimenta la fantasía lo que refuerza el comportamiento en escala, y
2) Da placer sexual.
La revalidación es en su mayor porción un ejercicio mental para el ofensor, a menudo facilitados por períodos de masturbación ritual orquestada con varios puntos relacionados a la víctima. Refuerza el control de sí mismo, ya que la fantasía puede ser realizada por capricho del ofensor. Es también estimulante en sí misma para el ofensor al ser un preparativo para futuros ataques. Cada uno de los ofensores sexuales seriales violentos mencionados en este trabajo se concentran en sus fantasías para revalidar sus crímenes.
Por ejemplo Edward Wyatt progresó al punto donde fotografiaba y grababa su violación deliberadamente actuada a Allison Shaw. Luego filmó sus ultimas ofensas. Dayton Leory Rogers guardó algunas de las prendas de sus víctimas. También cometió sus crímenes en las mismas áreas remotas, para que con cada víctima progresiva podía volver a tener los sentimientos asociativos producidos por las víctimas anteriores; la ubicación era una parte importante de su ritual. Jerry Brudos sacó fotografías, y guardó bolsos de la ropa y zapatos de las víctimas. Jerry también removió partes del cuerpo de las víctimas, particularmente el pie de una víctimas el cual mantenía en el congelador de su garaje y aunque no lo crea con un seno se hizo un pisapapeles. El volver a experimentar mental y sexualmente el sabor emocional de los episodios pasados de la degradación y deshumanización de las víctimas es su propósito de revalidación. Es también el momento donde los ofensores planean y "practican sus comportamientos en escala".
Los ofensores de crímenes sexuales seriales violentos se comportan en una forma que posibilita de revalidación. Los investigadores deben ganar un vistazo a los elementos del crimen que son los más estimulantes para el ofensor examinándolos para ver los comportamientos de cerca.
Por esto es importante que examine fotografías fijas sacadas por el ofensor para ver posiciones re ocurrentes, objetos tales como zapatos, o puntos de vista. No debe ser ignorado que gran parte de la fantasía puede ser sexualmente motivada, ya que la mayor parte de la fantasía es de naturaleza sexual. Como será discutido brevemente, la mayor satisfacción y orgasmo del ofensor pueden mostrarse correlativas con la dominación del ofensor y la resistencia y degradación de la víctima. El estímulo sexual del comportamiento es intensificado por el ofensor sexual serial violento al sumarse a esos actos sádicos de brutalidad que producen una respuesta de miedo/humillación en la víctima. El balance de fantasía y practicado y deliberado. La revalidación es el refuerzo propio para el ofensor. Puede tener tanto expresión física como mental. La desasociación y control también alimentan la relación entre el ofensor y sus crímenes. Como partes integrales del comportamiento de fantasía, los tres son parte del comportamiento central del elección de los ofensores sexuales seriales violentos.
El Manual DSM-IV y la población general de la comunidad de salud mental han aceptado una definición justa y útil de un psicópata. Consiste principalmente en el cumplimientos de 7 comportamiento de una lista de 10 comportamientos psicópatas conocidos equivale a un diagnóstico de psicopatía. Ésta es una lista útil de descarte de comportamientos. De todas formas, muchas de estas listas son problemáticas y tienden a ser discutidas con evaluaciones juiciosas y morales, a menudo evitando objetividad. Por ejemplo, en un discurso sobre asesinatos/molestaciones seriales en niños, el autor nota que el respetado psicólogo de Pórtland, Oregon, Stanley Abrams usó la frase "malvado" variasveces para describir el comportamiento ofensor.
El investigador entrenado debería se capaz de entender que juicios de valor no ayudan, y pueden distraer, el armado de un perfil exitoso y la subsecuente investigación. Los investigadores y médicos de salud mental entrenados no deberían sujetar su moral o creencias personales a la investigación. Eso no resolverá el crimen. Una lista de pasos a seguir del psicópata y el DSM-IV da la idea de que no sólo hay psicópatas moralmente privadores, no son capaces de intimidad, y no son capaces de empatía, siendo completamente egocéntricos.
La frase "frío y calculador" es usada una y otra vez para describir a los ofensores sexuales seriales violentos en la Corte, muchos considerados psicópatas, porque esto es lo que los expertos en salud mental ven durante una examinación previa al juicio y luego en la sala de corte.
Una fría, practicada desasociación del comportamiento. Esta última sección discutirá algunos de los razonamientos intocables. Parte de la psicopatía es el comportamiento antisocial, lo que significa un comportamiento contra la sociedad. Todos están de acuerdo en que estos ofensores no razonan en una forma aceptable a la sociedad. Lo que debe ser establecido es cómo funciona ese razonamiento alternativo. Esa es la única entrada para explicar la fantasía y subsecuente motivo. Realizar un juicio moral puede hacer que los investigadores se sientan mejor, pero no hará que se acerquen a un perpetrador desconocido de una serie de ofensas violentas.
El NCAVC ha generado un trabajo impresionante en las características de los ofensores sexuales seriales violentos. Para tener en cuenta es Burgess quién discute las escenas de crimen organizado y desorganizado dejadas por los asesinos sexuales. También, muestran evidencia de la frecuencia del comportamiento de ciertos ofensores sobre el tiempo mostró evidencia de su población de ofensores seriales violentos que algunas de sus características de comportamiento eran bastante frecuentes, y más constante notablemente a una alta frecuencia eran (reportados en más del 80% de la población de ofensores sexuales en el estudio):
1) Masturbación crónica y compulsiva.
2) Soñar despiertos constante.
3) Aislación social.
4) Más probable que fuercen a fellatio y penetración anal a sus víctimas. Decrecimiento en la frecuencia de penetración vaginal por el tiempo.
5) Promedio de inteligencia superior con 15% en un rango muy superior. Los primeros 3 comportamientos fueron reportados de ser consistentes desde la niñez a la adultez. Todos proveen a y son conductores a una vida de fantasía.
También, el NCAVC ha generado una búsqueda de ofensores sexuales seriales apoyando la teoría que el incremento de fuerza y sadismo en cada crimen progresivo se hace correlativo positivamente con los ofensores que tienen más víctimas sobre un período más corto de tiempo. Estudios anteriores en la misma población de ofensores indicados de los informes de los ofensores que aumentaron la satisfacción y placer sexual fueron correlativos con la resistencia de la víctima y un incremento de la duración del crimen. Esa información muestra que la duración promedio de una ofensa creció de 36 minutos a 94 minutos cuando la víctima se resistió.
La línea final aquí para el investigador de ofensas seriales sexuales violentas es esta los ofensores SSV tienen el mayor número de víctimas en los menos períodos de tiempo, y la resistencia de las víctimas evoca la excitación sexual del ofensor y la duración subsecuente de la ofensa aumenta. Nuevamente. Los ofensores SSV cometen ofensas en menor tiempo, más tiempo en la escena con la víctima cuando ésta se resiste, ya que la excitación crece. En tales casos de resistencia y excitación aumentada, se nota que la penetración fue demorada significativamente por el ofensor.
No hay que obviar que extendiendo como logica diferencial que los asesinos seriales sexuales violentos aplican por lo general una empatia como sustituto a cualquier tipo de placer sexual de la respuesta de la víctima como humillación, dolor y sumisión, el ofensor debe primero entender qué humilla, asusta y subordina a la víctima. El ofensor SSV hace justamente eso. Él comprende qué es humillante, qué es degradante, y qué es doloroso para la víctima. Ya ha tomado el punto de vista de ella en su máxima consideración, y la comprende bien. De hecho, depende de ella. De esa manera es como generalmente es capaz de alcanzar y mantener el control. Allí es generalmente la única manera donde puede satisfacer su fantasía; él sabe como comportarse para obtener lo que desea, necesita, y desea de sus víctimas. Esta es evidencia adicional de que los ofensores SSV tienen un entendimiento muy claro de las consecuencias de su comportamiento hacia la víctima. Comprenden que la víctima es humillada y en dolor, y de hecho esa es parte de porqué lo hacen. Se sienten excitados y poderosos cuando están asegurados por las reacciones de sus víctimas denotando un estado de sumisión y humillación dolorosa. Para ser excitado por el dolor y dominación de la víctima, el ofensor primero debe entender que la víctima está en dolor y dominada, sacar esas respuestas exitosamente el ofensor debe entender qué comportamiento en ellos causa eso. Su comportamiento es completamente a servicio de ellos, pero no nace de una sola perspectiva. Su conducta no puede ser descripta como puramente egocéntrica. El ofensor SSV utiliza procesos no egocéntricos, con perspectiva para llegar a su placer egocéntrico. Los ofensores SSV no carecen de empatía. A menudo dependen de ello para realizar exitosamente su fantasía. Lo hace sentir bien saber que hicieron que sus víctimas se sintieran mal. Esa es la esencia del punto de vista de estos ofensores. Egocentrismo sumado con empatía necesaria.
La intimidad es de gran preocupación para la mayoría de los ofensores SSV. Como Marshall lo destaca, los ofensores SSV probablemente desean intimidad pero carecen de las habilidades para alcanzarla en una forma saludable. Lo que sugiere el comportamiento es una forma de intimidad donde la víctima se revela físicamente al ofensor, y completamente bajo su control. A través de esta intimidad física forzada, el ofensor puede percibir una intimidad emocional y espiritual también. El ofensor siente placer en la noción de que la intimidad está siendo forzada a la víctima, o en la fantasía de que la víctima realmente quiere desea que el la experimente en intimidad. Él ha revelado a la víctima en una forma privada, íntima y violenta, quitando todo el sentido de seguridad personal y control. Más allá de ser increíblemente poco sano y destructivo, así es como el ofensor alcanza la intimidad. Así es como la entiende; más allá de su comportamiento criminal.
La dominación sexual, en ultimo de los casos es el acto de controlar algo, dominarlo y forzarlo (una víctima secuestrada) para someter, algo espiritual sucederá. Algo se convertirá. La fantasía siendo esa dominación sexual equivale a la re-ceración de la víctima, y la iluminación seguirá esas cantidades al ofensor dando vida a algo que era antes inerte. El ofensor se ve como un Dios, haciéndo de cada víctima una nueva fuente de energía. De hecho, desde esta perspectiva, el ofensor está haciéndole a la víctima un gran favor. Cada víctima reforzará su fantasía. Nuevamente, la víctima es el objeto del ofensor, elegida generalmente no al azar para realizar fantasías complejas de metamorfosis espirituales y artísticas.
Algunos pueden teorizar que una inclusión de la víctima en la fantasía del ofensor sugiere un deseo de expresar sentimientos íntimos de parte del ofensor. Él es, después de todo, compartiendo con la víctima sus deseos más privados y personales. De todas formas, el investigador debe estar alerta de que la víctima sigue siendo un objeto para la fantasía. No un compañero. El ofensor fuerza a una víctima a realizar un rol como objeto de sus fantasías. El ofensor obtiene lo que quiere de su objeto, y luego lo deshecha. Esto puede significar dejando a la víctima a un costado de la ruta, en necesidad de atención médica, o puede significar la estrangulación por ligadura de la garganta de la víctima al punto de la muerte y disposición ritual el cuerpo roto en el patio delantero.
C O N C L U S I O N.- Sólo cuando la escena del crimen es documentada en profundidad y la evidencia juntada correctamente puede comenzar el armado del perfil objetivo del ofensor SSV. Esto significa que todas las escenas y relaciones a las escenas pueden establecer o despedir, y que todos los comportamientos pueden ser explorados por el investigador entrenado sin barreras. La reconstrucción física y científica debería ser el punto de comienzo del perfil del ofensor, y todos los elementos del perfil deberán coincidir las realidades de la evidencia física. Esta base para el perfil de evidencia física es esencial para la objetividad. La mayoría de los investigadores no se molestan o no tienen el entrenamiento para superar sus propias perspectivas hacia crímenes de ofensores SSV. Subsecuentemente, el análisis de la escena del crimen y el comportamiento puede ser engañoso y destructivo para la investigación, potenciando algunas pistas de esparcir evidencia y proveer un pequeño vistazo a la genuina naturaleza del crimen y la mente criminal responsable de eso.
Por esto, los investigadores deberán estar entrenados para realizar los perfiles del ofensor y las escenas del crimen en términos que sean objetivos a la perspectiva del ofensor. Deducir la motivación del comportamiento, en vez de ser al revés. No se sume a la idea de otra persona sobre el crimen; investigue la naturaleza del comportamiento del ofensor en relación de todos los elementos físicos del crimen. Los ofensores SSV tienen una moralidad alternativa. Es por definición antisocial. La pregunta para el investigador no es si es correcto o no, o inclusive bueno o malo. Una vez que ina víctima o serie de víctimas ha sido confirmada, la moralidad cesa de ser el tema más importante. El tema más importante en este punto es como capturar o neutralizar al individuo responsible. La pregunta para el investigador entrenado es que profundización del comportamiento del ofensor provee una entrada a su moralidad, y como eso lo lleva al motivo y firma. Qué es lo que dice el comportamiento sobre lo que ha hecho el ofensor en el pasado, está haciendo en el presente, y hará en el futuro. Los ofensores SSV fantasean sobre sus crímenes mucho antes de cometerlos.
La fantasía tiene valor para el ofensor ya que provee el control que necesita/quiere/desea, mantiene la naturaleza superficial de la personalidad social del ofensor, y también para revitalización futura de la ofensa mientras se prepara para la fantasía original. De los elementos de comportamiento de la fantasía, el motivo puede ser deducido, y la firma puede ser identificada. La pileta de sospechosos se hundirá necesariamente, y los elementos del comportamiento puede volverse más predecibles.
Claramente, los investigadores quienes deben llevar a cabo la tarea de resolver tales casos no pueden ser de ninguna de las dos viejas escuelas de enseñanza. Los investigadores no pueden ser estrictamente de las fuerzas de ley porque carecen del entrenamiento psicológico y sociológico con respecto al comportamiento humano. Tampoco pueden ser estrictamente de la comunidad de salud mental ya que carecen de la comprensión de la verdadera naturaleza de estos tipos de escena de crimen y entrenamiento avanzado en las ciencias forenses. También, los celos profesionales y la territorialidad tienden a mantener a ambas partes de consultar con, o realmente comunicarse con la otra.
Un investigador debe estar desprovisto de cualquier inversión pesada en alguna de las dos disciplinas para poder mantenerse objetivo. Un investigador tiene solo un deber, y es para con la víctima. Resolver el crimen. Aprehender al ofensor. Cualquier otra consideración social, política, u organizacional debe estar en segundo lugar. La investigación exitosa de un ofensor SSV, debido a la falta de sospechosos obvios y la extrema naturaleza del comportamiento de la
fantasía demostrado por el ofensor, involucra un armado de perfil extensivo del comportamiento. El armado de perfil requiere de habilidades fuertes tanto de las agencias de ley como de la comunidad de salud mental. A la luz del creciente número de crímenes seriales y el creciente sufrimiento humano involucrado, la necesidad de directivas objetivas, cooperación y comunicación entre los dos campos es evidente.
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